Dolor en la zona del empeine

Comenzar este post agradeciendo a Daniel González su amabilidad y tiempo a dedicarnos este detallado testimonio de su dolencia y recuperación en nuestra clínica de Ciudad Real.

Practico balonmano varios días a la semana y hace alrededor de un año y medio empecé a notar un incómodo dolor en la zona del empeine del pie izquierdo. Asocié el dolor a un esguince de tobillo que había sufrido previamente por lo que no le di mucha importancia, pero el dolor persistía y fui a ver al traumatólogo que tengo asignado.

En consulta y en la resonancia que se realizó se llegó a la conclusión de que no había un síntoma evidente que causará esa inflamación en la zona del empeine, el doctor me dijo que volviera si continuaba el dolor (no le dio mucha importancia).

He visitado más de 5 fisios y 3 traumatólogos distintos (dos de ellos especialistas de pie) y en cuanto a los traumatólogos, nunca he recibido una solución a este caso (incluso acudiendo a consulta con el empeine inflamado). Sin embargo, por parte de los distintos fisios a los que he ido, el tratamiento era más efectivo, pero se centraba en aliviar el dolor o bajar la inflamación en lugar de localizar la causa real del problema.

Hace un mes un compañero de equipo me recomendó visitar a Paco Segado en la Clínica Sanus de Ciudad Real para que estudiase mi caso. A los quince minutos de la primera sesión, teníamos un diagnóstico nuevo. Si bien los distintos especialistas mencionados anteriormente me habían diagnosticado esguinces, fisura o tendinitis crónica, Paco vio claro que el problema estaba en la postura del pie en el momento del apoyo.

Tenía una postura por la cual el tobillo se vencía hacia dentro, lo que provocaba un dolor insoportable en el tibial posterior y una inflamación en la zona del empeine.

Desde el primer día, he combinado una excelente fisioterapia en la zona con los ejercicios que hago en casa para corregir la posición del pie, todo esto sumado a unas nuevas plantillas que impiden el hundimiento del tobillo.

Estos tres aspectos han sido determinantes a la hora de mi recuperación, ya que en menos de un mes he empezado a notar una notable corrección en la posición del pie. Además, después de un año y medio, he podido completar un entrenamiento o partido sin sentir dolor alguno en la zona afectada.

En resumen, los diagnósticos proporcionados por los médicos y los tratamientos de otros fisios eran una solución al problema obvio, pero fue el señor Paco Segado el que ha encontrado la causa del problema.